Por definición, un vino de parcela es un tipo de vino que se produce a partir de uvas cultivadas en una parcela específica de un viñedo. La idea detrás de estos vinos es resaltar las características distintivas de una ubicación específica, capturando la singularidad del terroir (suelo, clima) y su interacción con el viñedo y la variedad de uva del mismo.
Los Vinos de Parcela son la tendencia actual y la respuesta ante un consumidor cada vez más exigente que huye de un mundo del vino cada vez más globalizado e industrializado por el mero fin comercial de las grandes bodegas.
Así las cosas, en los últimos años, los elaboradores que apuestan por la excelencia y exclusividad de estas vinificaciones han trasladado el mayor peso del trabajo a dicha parcela o finca. Ahora lo que es determinante para el futuro de un vino no tiene lugar en la bodega, sino que sucede en el viñedo, todo pasa por el perfil de suelo. Cuando un enólogo encuentra lo que busca en una parcela, trabaja en busca de su vino perfecto puntualmente con ese sector definido, y deja fuera todo lo demás.
Desde sus orígenes, las bodegas y viticultores que conforman la DOP Islas Canarias – Canary Wine, siempre han apostado por poner en valor la excepcionalidad de una vitivinicultura de siglos de historia conformada en un verdadero «Singular Paraíso Vitivinícola», dónde si tuviéramos que definirlo con una sola palabra, sería sin lugar a dudas, diversidad.
Debido a su origen volcánico, el perfil orográfico de la Islas es muy diverso, caracterizándose por sus elevadas montañas con respecto a su extensión superficial. A excepción de Lanzarote y Fuerteventura, todas presentan importantes cumbres centrales, desde las que descienden laderas de fuertes pendientes, vertebradas por profundos barrancos hasta llegar al mar. Esta disposición de su relieve y su situación en la zona subtropical en medio del Océano Atlántico, bajo la influencia de los vientos Alisios, le confiere una gran variedad de microclimas, lo que supone otro factor a tener en cuenta desde el punto de vista de la viticultura.
Sin lugar a dudas, podríamos afirmar que los viñedos de las Islas Canarias son los más antiguos de Europa, ya que nunca se vieron afectados por la terrible plaga de la filoxera sufrida en todo el mundo a finales del siglo XIX. La ausencia de esta letal plaga en los viñedos del archipiélago, ha permitido que en Islas Canarias se conserve un verdadero «Jardín de Variedades» con más de 80 diferentes, de las cuales 25 son exclusivas a nivel mundial.
Las características de todos estos varietales vienen muy condicionadas por su procedencia en cuanto a suelo, microclima, altitud, orientación, sistema de conducción y por supuesto, la interpretación del elaborador bajo un concepto de viticultura tradicional, ecológica o biodinámica. Así pues, podemos encontrar referencias monovarietales o combinaciones de lo más originales, abriendo un extenso campo a la elaboración de unos «Vinos de Parcela» singulares y excepcionales.
Ahora bien, todo este nuevo mundo lleno de posibilidades que se abre en torno a los Vinos de Parcela dejaría de tener valor para un exigente nuevo consumidor de vinos de calidad, sin un marco normativo que pusiera en valor la singularidad de los futuros Canary Wine.
Así las cosas, desde el año 2021, la DOP Islas Canarias modificó su pliego de condiciones con nuevas tipologías de vinos (Vinos de Región, Vino de Isla, Vino de Municipio y Vino de Parcela) y los parámetros de estos, adaptados a la actual normativa de la Unión Europea.
Con ello se consiguieron dos cosas principalmente. La primera es ofrecer una herramienta de trabajo a nuestros viticultores y bodegueros adscritos a nuestra Denominación de Origen que pusiera en valor sus elaboraciones vínicas. Y segundo, ofrecer al consumidor mayor información en el etiquetado del vino que está consumiendo, aportando un mayor valor añadido a los vinos Canary Wine.
(Envínate)
Clima: Atlántico con influencia de los vientos alisios.
Suelo: Suelos de basalto rojo volcánico.
Variedades: Listán Negro, Negramoll.
Taganana (Tenerife)
La Parcela Margalagua se encuentra en Anaga, en el pueblo de Taganana, sus viñedos centenarios tienen la particularidad de que su suelo es de basalto rojo volcánico que es rico en hierro y se degrada. Se cultivan las variedades de Listán Negro, Negramol y minoritariamente variedades blancas locales a una altura de entre 300 y 350 metros dando un vino único que trasmite el carácter atlántico de la zona.
(Bodegas Viñatigo)
Clima: Viñedos están influenciados por los vientos Alisios provenientes del Atlántico Norte.
Suelo: Las arcillas conviven en un ecosistema equilibrado con gran aporte de piedras, generalmente basálticas.
Variedades: Tintilla, Baboso Negro, Vijariego Negro y Bastardo.
Buenavista del Norte (Tenerife)
El valle de El Palmar, es un valle suspendido a 600 metros de altitud sobre el nivel del mar, abierto hacia el noroeste de la isla siendo fuertemente influenciado por los vientos Alisios provenientes del norte del Océano Atlántico, aportando frescor a nuestros climas y vinos.
Estos vientos acarician las laderas del valle hasta los casi 1.000 metros de altitud sobre el Macizo de Teno, una de las formaciones geológicas más antiguas de la isla.
(Bodegas Conatvs)
Clima: Suave y fresco.
Suelo: Suelos de roca caliza.
Variedades: Listán Negro, Listán Prieto, Tintilla.
La Oliva (Fuerteventura)
La parcela de Lajares tiene una altitud de entre 70-80 metros sobre el nivel del mar. Situada al noroeste de la isla, es un terreno volcánico y bastante salino lo que le aporta al vino ese toque de salinidad y mineralidad tan característico y que expresa lo que es Fuerteventura. Es una zona con un clima fresco frente a otras zonas de la isla debido a la presencia constante de los vientos alisios.
(Bodega Gavías El Sordo)
Clima: Con características Continentales, cálido en verano y frío en invierno.
Suelo: Suelos de caracter arcilloso.
Variedades: Malvasía Volcánica.
Puerto Del Rosario (Fuerteventura)
La parcela Finca El Sordo se encuentra situada a la falda de la Montaña de San Andrés, vestigio de lo que alguna vez fue un volcán, divisando la Vega de Tetir, y allí en su silencio, nos encontramos con el paraje del Sordo.
Las variedades que predominan son la Malvasía y Moscatel de Alejandría, cultivadas en parral bajo para evitar el castigo de los vientos alisios predominantes.
(Bodega Ferrera)
Clima: Clima montañoso seco.
Suelo: Suelos arcillosos y con alta porosidad.
Variedades: Albillo Criollo.
Arafo (Tenerife)
A 1.000 metros de altitud, donde el Monteverde de pino canario se hace cumbre y rodeado de lenguas de lava de la erupción del volcán Las Arenas, se cultiva la variedad Albillo Criollo, se seleccionan las uvas de las cepas más antiguas y situadas a mayor altura en la parcela Las Vigas, viticultura de altura donde el contraste de temperaturas entre el día y la noche hace que la maduración sea más lenta lo que repercute en la calidad y diferenciación.
(Bodega El Lomo)
Clima: Vientos Alisios provenientes del Atlántico Norte.
Suelo: Suelos arcillosos y antiguos, próximos al Macizo de Anaga.
Variedades: Listán Negro, Vijariego Negro y Castellana.
Tegueste (Tenerife)
La parcela “Los Laureles” está situada en la ladera del Valle de Tegueste a una altitud de 650 metros. El suelo es arcilloso y por ende de los más antiguos de nuestra “joven isla”. Las cepas de los varietales que conforman el viñedo son fruto de la selección que hace más de 80 años llevaron a cabo la familia propietaria de la parcela. La creación de “Origen 1989” viene marcada por la singularidad del viñedo, creado a partir de las variedades Listán Negro, Vijariego Negro y Castellana.
La gestión de la DOP ISLAS CANARIAS realizada por AVIBO es financiada, parcialmente, por el Gobierno de Canarias con fondos provenientes del presupuesto de gastos del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria
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